Sólo con Dios

El sistema capitalista, el comunista, el socialista, el liberal pueden ser manipulables, chantajeables, corruptibles; pero el sistema de Dios es el que mejora todo, el que hace convivir en un ideal de unión, de aceptación, de honradez, de alegría, festejo… y lo tenemos ahí, ante nosotros.

Muchos en sus sistemas miran por el equilibrio de la economía, por la satisfacción, plenitud de los instintos o necesidades primarias, para mí una necesidad primaria es cuidar el alma, porque el alma hace al resto del humano en sus acciones, opciones, conciencia, elecciones…

¿Por qué ahora quieren hacer converso el sistema de Dios?, ¿por qué quieren los humanos que tienen poder sustituir a Dios? Para que las almas sean más pobres y corrompibles, para que creamos que es desgracia de Dios, pero realmente es la tentación del humano, que sin Dios se cree perfecto, o a los malvados les hace falta que la gente se aleje de Dios o no lo conozca, porque si no, no podrán gobernar en las almas y ennegrecerlas para que el abuso sea una costumbre normalizada.

Para escuchar a Dios tienes que abrir tu alma cada día, y para abrir tu alma tienes que estar bien contigo mismo. Dios nos dio el alma que es el medio de transmisión, de comunicación con él, si no cuidas tu alma estás descuidando una herramienta poderosa, importante e imprescindible para ti y para Él, porque tú eres un gran protagonista en este mundo, pero debes ser humilde y no querer ser ese protagonista pesado, abusador, que en toda película el espectador querría omitir, borrar, hacer desaparecer por ser doloroso para la vista y para la propia sensibilidad del espectador.

Por eso cada día es una prueba contigo mismo y para cuidar tu herramienta más frágil, más preciada, más unida a ti, que es tu alma. Es un examen muy fácil, es un encuentro contigo mismo, es un análisis que puedes hacer por ti, por los demás, si estás siguiendo el buen camino, si estás siendo honesto/a con los demás, si estás mereciendo el cariño ajeno, piensa también en los sentimientos: lo que te dan los demás, lo que tú tienes, lo que puedes dar o seguir dando, los buenos gestos contigo para que tú, en uno altruista, lo compartas al que le falte, al que esté mal… ese es el sistema por antonomasia que debería practicar el mundo, ya que es gratis y está en nosotros, pero muchos están tratando de ocultárnoslo, de saturarnos con información superficial para que con todos esos velos oscuros que colman nuestra atención perdamos de vista a Dios, si tu lo buscas Él va a estar… y te lo dice una persona que ha sufrido por todos lados, que tal vez no debería estar aquí y por alguna razón, por alguna misión que nos ofrece, uno debe sentirse peón de Dios, pero en el sentido de saber su lugar porque Dios es lo más grande y uno debe saber su posición, pero a la vez sentirse grande por ser elegido para esa misión, todos somos grandes, sólo hay que mirar dentro de nosotros mismos y saber leer dentro del alma y no estar absorbido por esa trampa superficial exterior que nos quieren tentar las mentes retorcidas, si Dios entra en tu mente habrá una sabiduría más allá de la superficial humana y no tendrás que competir con nadie porque serás único, entre todos los posibles únicos.

Con el bautismo ya eres un elegido, un hijo celestial, y si no lo tienes Él te está buscando, o está esperando que otras personas te den alimento (te lo presenten) en tu famélica ignorancia.

Yo sé que voy a sufrir de nuevo, porque muchas veces en mi egoísmo desconecto de Dios y en mi terquedad terrestre busco mis placeres, mis intereses egoístas, lo sé, sé que voy a sufrir, está en mí, está en todos, pero luego hay oportunidades, aunque confieso que en las pruebas del sufrimiento no he podido ser como Cristo y vencer a todas las tentaciones. Se crece en la exigencia, en las pruebas de la vida y cuando nos rendimos y dejamos de lado a Dios, Él nunca nos abandona, lo abandonamos nosotros, porque Dios está en todo aquello que podamos ver, sentir, creer… es la oportunidad al fracaso doloroso, es la esperanza a los días aciagos y oscuros que parecen ahogarnos, es la templanza a esas crisis de ansiedad, histeria, enfado, rabia… es el deporte que calma nuestros pensamientos oscuros y es el paisaje que relaja nuestras inquietudes.

Dios está en todo hasta el mendigo que se ve marginado tiene la esperanza de la solidaridad de otro de nosotros que se reviste de Dios cuando en su corazón está la educación de la conciencia y le ayuda con poco o mucho. Y eso libera al alma y le comunica a Dios nuestras buenas acciones que luego serán recompensas y gozo en esta vida y en la otra.

José Mª. Mingorance Barrera

 

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