El primer Titular de la Hermandad es el Santísimo Sacramento, como corresponde a su supremacía, pues sólo a él se rinde culto de adoración por contener realmente presente al mismo Dios. Desde que se penetra en la basílica el centro de atención es el sagrario y sobre él la soberana imagen de Nuestra Señora de las Angustias.
Originariamente la Hermandad se fundó bajo la advocación de la Virgen de las Angustias en 1545, pero a principios del siglo XVII adquirió el título de Sacramental. Ocurrió cuando la ermita de la Hermandad fue elevada a la condición de parroquia por el arzobispo D. Pedro de Castro. Les sirvieron de modelo las reglas de la Sacramental del Sagrario, ampliando las Angustias sus constituciones primitivas. Mereció esta reforma la aprobación del arzobispo D. Pedro González de Mendoza el 17 de mayo de 1612. Incluso se autorizaba a la Hermandad a pedir limosna en nombre de Nuestra Señora de las Angustias y el Santísimo Sacramento.
En todas las parroquias la hermandad sacramental era la privilegiada y esto ocurrió con las Angustias al adoptar ese carácter. Ello reforzó el culto eucarístico desarrollado por la Hermandad, incluyendo misa cantada mensual (los segundos domingos de mes), misa solemne en la festividad del Corpus y en su Octava y, de forma especial, el acompañamiento del Viático cuando salía por la feligresía para llevar la comunión a los hogares de enfermos e impedidos. Era privilegio de los hermanos portar en estas ocasiones el palio que cubría a la Sagrada Eucaristía. El primer palio del que se tiene noticia data de 1616. Esta procesión del Viático, habitual en tiempos pasados, contaba con un altar portátil desde 1765, y un siglo más tarde se ejecutó otro plegable en forma de maletín para llevar la comunión a los Hermanos Oficiales, que se muestra en la Exposición permanente de la Hermandad.
Durante siglos la Hermandad se ocupó también del montaje del Monumento del Jueves Santo, tarea reservada a las hermandades sacramentales, y gozaba de un gran protagonismo en lo Oficios de Semana Santa. Esta implicación en el Triduo Sacro sigue estando presente en las actuales Constituciones. Cabe destacar también la nutrida presencia de miembros de la Hermandad en la Solemne Procesión del Corpus Christi de Granada, así como en la de su Octava.
Los segundos viernes de mes.
Pero sin duda el culto sacramental se hace hoy especialmente patente en las misas de los segundos viernes de cada mes, que concluye con una procesión eucarística, bajo palio, por las capillas del templo, con sendas estaciones ante los altares de Nuestra Señora del Carmen y del Sagrado Corazón de Jesús. Se trata de una entrañable devoción, muy vistosa y participativa, en la que cierto número de hermanos y hermanas acompañan con sus velas y en la que se hace especialmente presente el grupo de acólitos y monaguillos de la Hermandad.
