Una flor que no se marchita

Se llama caridad, su belleza no tiene tasa, y su aroma trasciende desde la Carrera de la Virgen hasta los rincones más escondidos de nuestra ciudad. Este inmenso panel de solidaridad se cubrió gracias a la ofrenda de cientos y cientos de granadinos, que este día 15 de septiembre lo han hecho posible.

Lo ofrendado a la Obra Social de la Hermandad de la Virgen de las Angustias asciende a unos 5.500-6.000 kilogramos de productos alimenticios y artículos de higiene personal, junto a 14.000 euros en metálico. De esta cantidad en efectivo, un tercera parte ha llegado por las vías telemáticas dispuestas por la Hermandad y el resto se materializó en la cuestación hecha durante todo el día en el edificio del antiguo Hospital contiguo a la Basílica.

Este es el balance en cifras de un día en que hubo que sustituir la tradicional ofrenda floral por una Ofrenda Solidaria, si bien continúan llegando donativos y aún se esperan algunos más durante este mes que de septiembre que en Granada lleva el nombre de la Virgen de las Angustias. El balance emocional no tiene tasa y cada cual lo guarda como un tesoro: la voluntad de contribuir, los motivos para acercarse a la Basílica, para dar gracias y para empatizar con quienes están en peores circunstancias, el servicio voluntario de quienes desde la Hermandad se consagran a ayudar, el sentir unánime de nuestra corporación en el cumplimiento de un deber histórico, de un compromiso social, de una seña de identidad.

Todo esto subyace a esa Ofrenda Solidaria, que hoy mismo ha comenzado a dar fruto, y fruto abundante. Granada y sus gentes lo han hecho posible.

Muchas gracias.

 

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