Desde primeras horas de la mañana el grupo de Hermanos encargados del montaje del Trono de la Virgen han ido llegando a la Basílica para comenzar con los trabajos encaminados a dejar todo terminado antes de las seis de la tarde.
Tras los cultos ofrecidos hoy por el Exmo. Ayuntamiento de Granada, se cerraban las puertas de la Basílica. En primer lugar, una oración dirigida por nuestro Consiliario en el camarín, muy cerca de Ella. Momentos de emoción junto a la Madre. La cercanía te eriza el bello. La miras a los ojos y das gracias. La miras a los ojos y pides por los tuyos. Te acuerdas de los que ya están con Ella. ¡Que momentos tan intensos! ¡Que momentos tan bellos!
Ahora es el momento de la intimidad de las camareras con la Virgen. Con de todo el Amor de sus corazones la cambian de ropa para ponerle el manto que el pueblo de Granada le regaló.
Mientras, en el crucero de la Basílica se procede al montaje del trono. Ya queda menos para que nuevamente un año mas baje de su «joyero de amor».
Cuando las camareras terminan su labor, llega ese momento en el que se te hace un nudo en la garganta cuando poco a poco, muy despacio, la Virgen avanza hacia la puerta del camarín. Los escalones dan paso al antecamarin. «Derecha alante» continua su lento caminar hacia la estrecha puerta que da paso al pasadizo que va de la Sacristía al Altar Mayor.
Una vez allí y tras proceder a poner la Presea de coronación sobre su Santa Sien nuevamente momentos de recogimiento y oración ante Ella.
Ya solo ha de subir a su Trono de Reina de Granada. Ahora se abrirán las puertas para que el pueblo de Granada, el verdadero protagonista, la vea, le rece, le llore, este junto a Ella.
Una magnífica jornada de trabajo junto a tus Hermanos. Doy gracias a Dios por haberme permitido, un año mas, estar junto a mi Madre del Cielo y mis Hermanos de la Tierra. Dios os Bendiga.
Francisco M. Castro
Horquillero
