Fiesta de la Aparición de la Virgen de las Angustias

FIESTA DE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS

Solemne función del segundo domingo de febrero

 

Uno de los aspectos más misteriosos de la historia de la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias es la llegada de la Sagrada Imagen, allá entre 1561 y 1566, según la apreciación de Encarnación Isla Mingorance, o incluso un poco antes, en la década de 1550, como sugiere José Antonio Peinado Guzmán.

Básicamente hay dos versiones sobre la llegada de la Imagen:

  • Dos caballeros (ancianos), cofrades de Toledo, venidos a Granada para dejar la talla de la Virgen en la ermita un día de febrero al caer la tarde. Cuando los responsables de la hermandad granadina los buscaron, nada se supo de ellos ni en Granada ni en Toledo. Con más detalle consta esta versión en el Archivo del Sacromonte, con fuerza de declaración ante notario hecha el 10 de septiembre de 1633 por el sacristán Alonso de Garavito (receptor de testimonios directos de responsables de la Hermandad que vivieron el acontecimiento) a instancia del beneficiado de la parroquia. La difunde Heredia Barnuevo en su “Mystico Ramillete” (1741).
  • Una señora afligida que entra en la ermita acompañada de dos mancebos, que acaban retirándose. A la hora de cerrar el ermitaño descubre que la señora es en realidad una espléndida Imagen. Esta versión la consagra en su “Gazetilla” el P. Lachica (1764), pero con anterioridad la difunden el franciscano fray Juan Alegre (1674) y García de Rújula (1725), y la amplifica el jesuita P. Villafañe (1726).

Se acabó añadiendo el matiz (Heredia Barnuevo, 1741; Sánchez Saravia, 1777) de que previamente los cofrades granadinos había acudido a Toledo, contactando con la hermandad de esa ciudad, dando lógica a la historia de los ancianos. Así lo recogió en su “Memoria sobre la aparición” Antonio Sánchez-Arce (1849), la que más se ha asentado hasta nuestros días. Como quiera que aquellos granadinos en Toledo se identifican como mercaderes de seda (como constata el P. Hitos con el cofrade granadino Pedro de Chaves, de viaje en Toledo en 1557), ello abría la posibilidad de que en el origen de la talla pudiera seguirse algún rastro morisco.

Y es curioso el interés por indagar aquel acontecimiento justamente cuando la Hermandad defiende sus derechos con denuedo hasta conseguir la real protección de Fernando VI (1747).

Del caso da testimonio el cuadro de José Suárez Peregrín, pintado hace casi un siglo (en la sacristía e la Basílica), que relata sucintamente y de forma oficial la leyenda:

“Según una autorizada y constante tradición y oral y escrita, la Imagen de Ntra. Sra. de las Angustias fue traída a Granada por dos desconocidos que dijeron ser hermanos de una Cofradía de Toledo. La opinión común los ha considerado como ángeles o santos protectores de la ciudad (San Cecilio y S. Pedro Mártir). Estos desaparecen después y al entregar la Imagen dicen estas palabras proféticas: “Es una imagen tan devota y milagrosa, que será el amparo de la ciudad”. Tuvo lugar esta aparición mediado ya el siglo XVI, al caer de una tarde del mes de Febrero”.

La función de este año 2021, el domingo 14 de febrero, no incluye el entrañable acto de imposición de medallas a los nuevos hermanos y hermanas (aplazado hasta el mes de mayo), pero sí la profunda evocación de nuestros orígenes y nuestra devoción mariana, que renovamos una vez más consagrando la Hermandad a la Santísima Virgen María.

 

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