Cerrado, así está nuestro entorno, pero no nuestras vidas. Las actividades presenciales de la Hermandad están en suspenso. No así la Obra Social. Con todas las precauciones posibles, esta semana se han recogido los productos del Banco de Alimentos y se han distribuido con un procedimiento especial, sin contacto físico y salvaguardando debidamente la distancia, a las personas cuyas familias los esperaban. Pero el corazón no sabe de distancias. Sean esta líneas un homenaje a quienes lo han hecho posible, porque la caridad no conoce vacaciones.
‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’, curiosamente reza el evangelio del día de hoy. De eso se trata, simple y llanamente. Muchas gracias, a los hermanos y hermanas que lo han hecho posible, que como tantas otras personas en estas circunstancias aseguran los servicios básicos. Imploramos la fuerza que viene de lo alto y nos cobijamos bajo el manto de Nuestra Señora de las Angustias. Feliz día desde vuestros hogares.
