Tengo recuerdos marcados desde mi niñez, yo vivía en el barrio de Ciudad Jardín y para ir a ver a mis abuelos, maternos en San Matías y paternos en la Calderería, al pasar por la Carrera de la Virgen era una obligada visita ver a la Patrona. Al entrar a la Basílica con mi madre y mis hermanas, para rezar a la Virgen, incluso al salir al son de las campanas cantábamos la melodía:
«La Virgen de la Angustias, la que vive en la Carrera.«
Recuerdo todos los últimos domingos del mes de Septiembre, en la Plaza de Mariana Pineda, ver pasar en Procesión a la Patrona en su Trono. Y más, que el Paso en sí, me llamaba la atención el Palio de Respeto de la Virgen y sus Palieros.
Con esa peculiar «mecía» que llevaba, diferente a los demás Palios de otras Hermandades. Y mi padre siempre decía: «Ahí va el Kiki y los Taboadas, amigos nuestros».
Por esas casualidades de la vida, al casarme, mi suegro que descanse en paz, D. Antonio Salazar García, me apadrinó y metió como Paliero, en esta Real Hermandad, junto a un grupo de Hermanos y amigos Palieros, que hacemos una gran Familia.
Los mejores recuerdos que tengo, de salir en procesión, es haber vivido la salida de tres generaciones; juntos el abuelo, el padre y mis dos hijos mellizos, que tanto le agradezco a la Virgen, y que me llevan acompañando desde hace 12 años, en el día de la salida.
Gracias a la Virgen, cada vez somos más familia (Iañez) los que la acompañamos, habiéndose agregado mi primo, mi sobrino y mi tío.
Estoy sobre todo encantado y agradecido de ser uno más en esta «Familia de Hermanos Palieros».
Quiero decir que es un Honor y un Orgullo el ser Paliero, Horquillero y Oficial de esta Real Hermandad. Y sobre todo, por asignarme el cargo de ser Capataz del Palio de la Virgen de las Angustias.
En estos momentos tan difíciles que estamos pasando, por culpa de esta pandemia, ahora más que nunca le pido a nuestra Madre:
«Virgen de las Angustias, protégenos con tu Manto».
AMÉN.
Juan Luis Iañez Vallet
