Oh Virgen de las Angustias
Reina y Madre de Granada,
Que es, a tus plantas postrada,
Hoguera de fe y de amor.
En la vida y en la muerte,
Protégenos con tu manto
y nos consiga tu llanto
El amparo del Señor.
Hay una madre de amores
Que adora Granada entera,
La Virgen de las Angustias;
La que vive en la Carrera.
Estas fueron las estrofas del Himno Oficial de la Santísima Virgen de las Angustias que 225 niños y niñas de Infantil de 3 a 5 años del Colegio Sagrado Corazón de Granada aprendieron el año pasado.
Sería en estos días del mes de mayo, cuando profesores encargados de la pastoral de dicho colegio, nuestro Hermano Mayor y yo, preparásemos este gran acontecimiento. Durante días previos se sensibilizó a los pequeños haciendo que conocieran la historia de Nuestra Madre, memorizaran el himno…, en definitiva, realizando todo lo necesario para el gran día.
Con sus manos copadas de flores para la Virgen, los niños peregrinaron ilusionados, con sus profesores, padres y abuelos, desde su Colegio (en el Paseo de Los Basilios) hasta la Basílica, donde les esperaba el Hermano Mayor junto con algunos miembros de la Junta de Gobierno.
Entraron a la Iglesia con un respecto inimaginable para unos niños de su edad. Cada uno se sentó en los bancos para, en silencio, escuchar a nuestro Hermano Mayor. La magia del momento continuó al finalizar Miguel Luis su exposición. Todos los niños y niñas rezaron y cantaron junto a los adultos allí congregados para, seguidamente, depositar las flores que habían traído para Ella. El momento culmen llegaría al final, cuando subieron al Camarín para ser acogidos por el manto de la Virgen.
Todavía hoy, recuerdo con cariño la emoción que sintieron las personas que custodian a Nuestra Señora porque al preguntarle a los pequeños “¿qué le has pedido a la Virgen?”, uno dijo: “yo le he pedido por mi abuela para que se ponga buena”; y otra niña contestó: “le he pedido por la paz en el mundo”. Pero sobre todo no olvidaré la mirada de emoción de padres y abuelos al ver pasar a sus hijos y nietos por el manto de la Señora, pues ellos eran los que tenían conciencia de que estaban delante de la Madre de todos los Granadinos, la Reina y Patrona. Entre todos ellos, es de especial mención aquellos padres que pidieron por un hijo con dificultades motoras y que hoy le dan gracias a la Virgen de las Angustias porque ya puede caminar.
Pasado un año, les he pedido a los profesores su impresión por la visita a Nuestra Madre: “Fue maravillosa… Sentimos que la Virgen de las Angustias está con nosotros, que nos cuida. Nos encantó conocerla más de cerca y estar en su casa. Ser parte de ella, mirarla, sentir su cariño… Fue indescriptible. La pena…, no estar con Ella. Pero sabemos que Ella está con nosotros”.
Me parece un testimonio bonito y además aleccionador. Porque a nuestros niños tenemos que hablarle de Nuestra Madre para que sientan que está con ellos.
¡Viva la Virgen de las Angustias!
María del Carmen Tovar Soto